Una pizca de maldad, de Ah Yi es una novela policial existencialista donde se planifica con detallismo ceremonial la ejecución de un crimen horrible y gratuito, y una fuga vertiginosa a través de distintas ciudades y pueblos de China.
El narrador y protagonista de Una pizca de maldad es un adolescente desencantado y cínico; mientras dice estar estudiando para los exámenes de ingreso a la universidad, en realidad mata el tiempo durmiendo y masticando su resentimiento. Para llenar el vacío de su vida, decide llevar a cabo un asesinato. La víctima elegida es una compañera del colegio, una
muchacha bella e inocente: la única persona que realmente se compadece y preocupa por él.
«Este relato impresionantemente repugnante de un asesinato sin motivo bien podría decirse que marca un punto diabólicamente ingenioso en el que Albert Camus asiente benignamente con Bret Easton Ellis … Se trata tanto de la sociedad en la que tiene lugar como del asesino». o el crimen. »
– The Irish Times
«Con admirable manejo del pulso narrativo y un nihilismo extremo, la novela de Ah Yi deja al lector masticando no pocas espinas; como si hubiésemos sido no sólo testigos del crimen, sino también sus partícipes necesarios.”
Otra parte.
El libro recuerda a los modernistas franceses del siglo XIX como Baudelaire y Rimbaud, que compartían un profundo disgusto por los valores convencionales de su sociedad, o Céline, una descendiente de estos que llevó su mordaz cinismo a un nivel completamente nuevo. Como Ah Yi, cada uno respondió a la riqueza industrial recién descubierta de su sociedad con un desdeñoso: ¿eso es todo?
Wall Street journal
Ah Yi es el seudónimo de Ai Guozhu, un escritor nacido en la ciudad de Ruichang, provincia de Jiangxi, en 1976. A los dieciocho años entró en la escuela de policía y al graduarse ejerció cinco años en un pueblo de provincia. Sus relatos, que suelen incluir una pequeña trama policial o sórdida sobre el fondo aplastantemente monótono de un pueblo de la China profunda, llevan la marca de esos primeros años de formación en los que Ah Yi todavía ni siquiera había descubierto su vocación de escritor. A los veintiséis renunció, se mudó a la ciudad y pasó por diferentes trabajos como periodista y redactor, haciéndose cargo de la revista bimestral Tiannan. Publicó dos recopilaciones de cuentos: Cuentos grises (2008) y El pájaro me vio (2011). También la novela Y ahora qué debo hacer (2012).