La encontramos en ‘Ardillas de Pavlov’ (Adriana Hidalgo), de Laura Erber. Es una novela que uno ya ha visto muchas veces, pero no por eso la ha disfrutado menos. A saber: fotos, digresiones, intertextualidad y arte conceptual. La novela está ambientada en Rumanía y sigue los pasos de un artista experimental por media Europa. Incluye pasajes tan hipnóticos como la historia de todas las agresiones que ha sufrido la sirenita de Copenhague, y hasta una soflama contra el arte clientelar: “Olviden los concursos, las residencias, las conferencias, las cenas con coleccionistas, con millonarios, olviden la amistad de los críticos, los contactos con editores, con periodistas de turno, con contactos de contactos de directores de museo…”.